Masaje es un palabra que la relacionamos con bienestar. Sus beneficios han llegado hasta nuestros días evolucionando desde las técnicas más simples.
Primeramente para proporcionar relajación y favorecer el sueño.
Segundamente para el desarrollo específico de algunas técnicas más complejas.
En conclusión, los masajes, nos ayudan a aliviar o eliminar molestias concretas en el organismo.
Efectos de los masajes en el organismo
La combinación de acciones y efectos generan una respuesta sobre los diferentes tejidos y órganos. A partir de ahí, se producen cambios positivos y equilibrantes sobre los diferentes estados de ánimo y de la energía.
Los efectos y acciones del masaje activan la capacidad de auto-curación del organismo. Por otro lado, proporcionan relajación, favorecen el sueño, activan la circulación y eliminan toxinas.
Este conjunto de beneficios hace que incorporar estas prácticas en tu rutina diaria sea una estrategia integral para mejorar tu bienestar general. Todo ello para mejorar el tono y flexibilidad muscular, aliviar o eliminar dolencias específicas y mejorar el bienestar de la persona.
Los Beneficios directos
- Aumenta la temperatura de la piel y la permeabilidad de los tejidos.
- Estimula la circulación sanguínea y linfática y de esta forma oxigena la sangre.
- Estira los tejidos blandos eliminando adherencias y despega las cicatrices.
- Favorece el movimiento peristáltico del colon y la producción de enzimas.
- Dependiendo de la técnica, estimula o relaja músculos, tendones, sistema nervioso periférico o sistema nervioso central.
- Equilibra el estado anímico.
Beneficios reflejos
- Proporciona un estado mental receptivo
- Ayuda a restablecer el equilibrio orgánico.
- Relaja y elimina el estrés
- Favorece el sueño.
- Proporciona calma, seguridad, confianza y bienestar.
- Alivia la tensión psicofísica.
Beneficios psíquicos
- Alivia el estrés emocional, descontractura y relaja los músculos.
- Reduce el ritmo cardíaco y disminuye la presión sanguínea.
- Proporciona sensación de calma y tranquilidad.
- Disminuye los dolores y la inflamación.
- Proporciona elasticidad a la piel.
- Mejora la cicatrización de las heridas.
- Regula y alivia la tensión psico-física.
- Fortalece el sistema inmunológico.
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